27 junio 2011

Onírico Reiterativo...




Un sendero angosto,
personas y un precipicio,
aqui estamos los 3,
Tú, yo... y aquel sueño.
Tú en mi entrepierna,
adherido mirando,
el resplandor de un crepúsculo,
que va a desaparecer.
Algunos invaden
sin saber,
tu espaldar descansando
en un vientre que es virgen,
se sienten los 3 nuevamente,
nuevamente se sienten los 3...

Un cuerpo reposa en calma
con las añoranzas metidas,
entre una camisa, pantalón
interior, medias y 2  zapatos,
transpiras
serenidad perdida,
divaga por tus poros
resultando ser tan bien...
pero
no hago más
que preguntarme.
Por qué estás aquí otra vez,
enclaustrado entre lo onírico,
contínuo en mis pensamientos,
cual si fuera este hoy,
el ayer...

Te caes, te levantas
te callas y me hablas,
me ignoras y me miras,
me pierdes y me encuentras,
tu sombra se ha quedado
insiste en acosarme
me toma de la mano,
la besa , la arroja
y la vuelve a tomar.
Los años se disfrazan
se engalanan, confabulan,
se burlan y conspiran
con los tiempos postreros,
piensan sólo en ese encuentro
que camina lentamente,
con pasos sigilosos,
llenos de inmunidad.
Mientras tanto, ¿Qué?
...Bregaré con tu ausencia,
te miro si me miras,
te siento porque me sientes,
y despertaré a solas
como siempre,
siempre tú... Reiterativo

“La Dama de Ébano”

Árbol Otoñal



Pensar
no quiero
Sentir
tampoco...

Un árbol otoñal
se enraizó
entre mis vísceras,
con sus raíces
sin más,
atrapó mis entrañas.

Expide un aroma
que todo desglosa 
y mi raciocinio
lo convierte
en nada...

Me perdí
mientras 
sus palabras
cantaban...
Es otro el ruiseñor.

El lóbulo me tienta
articulando versos
a mis principios,
asfixia,
me ata la razón.

Hoy apenas le vislumbro
mirandome a distancia,
y va contando
con nostalgia
sin querer,
sus años...

Virginia Sanchez 
"La Dama de Ébano"

No somos extraños...




No somos extraños....
Tus palabras
han hecho 
el amor
con las mías.

Se han mirado
amplio y fijo
día tras día...

Se han colmado
se han tenido
se han leído
se han perdido...

Todas juntas
entre sí.
Una y otra
vez
es decir,
ya...
no
somos
extraños.

"La Dama de Ébano"

Plegaria...



Los pies caerán,
se irán a dormir...
la tierra, los sigue.
Rodillas llorosas
se hacen sentir.
Exaltan y piden.
Temen
desfallecen
sobre el látigo
de un asfalto
un tanto frío,
con bríos
y sin piedad.
Los abismos
del más allá
aturden como siempre,
gritarán desde dentro
donde  se entrelazan
los dedos
de las manos,
el corazón
la mente...
La gracia
que es grata
se funde en
el alma
de nosotros
impúdicos...
Repletos de barro
postrados
sobre el asfalto
ése que es tan pulcro...
Su amor es vasto
Mi miseria indigna.
Me custodia el canto
eterno
del
ruiSeñor.

“La Dama de Ébano”