Una ventana disipada,
se contempla
desde un costado.
Rendido quedó el tiempo
descanzan libres los años
sobre una añeja gradilla
al fin de aquel
pasillo...
ella destella ciertas luces
color perladas y sentidas.
Miró todo derredor
percató una flor azul,
al viento mover otra hoja,
de un color verde grama.
rozó unas manos cedidas,
a compartir beatitud
recibió un entorno distinto,
al oscuro jaujal,
por el que siempre quiso,
sin parar
pasar.
La vida se le iba de prisa,
corriendo con un vestir
harapiento
hacia un lugar
donde la esperaba...
siempre,
la prioridad y una quimera
pero nunca se molestó
siquiera,
en detenerse a vivir...
... Respirar, mirar, sentir,
o quizás deshojar pétalos,
a una de tantas margaritas
ver el roció en una gladiola,
el vuelo de una gaviota,
la risa extraviada de un niño,
algún lucero perdido,
la caricia de un mendigo,
que olvidó por un instante
como se era feliz...
...Un sol naciendo de pronto,
la fortaleza de un roble,
el vaivén de un columpio,
o el infinito del mar...
Ahora si toma
tiempo
para palpar
sin correr...
todo detalle.
"La Dama de Ébano"